sábado, 11 de junio de 2011

La diferencia entre tu y yo...TwoShoot


¿Qué, si él es diferente? ¿Qué, si él se la pasa horas con un cigarrillo en los labios? ¿Qué, si lo que cree el correcto, es ser un maldito cabrón? ¿Qué, si sus mejores amigos son el alcohol y uno que otro porro? ¿Qué, si el arregla sus problemas de una forma más drástica… los golpes? ¿Qué, si a él lo creen un pandillero o descarrilado social? ¿Qué, si algunas partes de su cuerpo están marcadas con tinta indeleble, acompañada de formas y nombres? ¿Qué, si él es como quiere ser y no el típico estereotipo promedio?

Un chico duro y directo, sin remordimientos e historias que sorprenderían a cualquiera. Muy sincero y bastante malvado cuando tiene la oportunidad, cien por ciento realista y uno de esos que le vale madre todo a su alrededor.

Es y siempre será, el que los padres nunca podrán ver con sus hijas y el que todos miran al pasar por la calle, simplemente por ser diferente. ¡Maldita gente prejuiciosa! ¡¿Qué saben ellos en realidad?! ¡No saben nada! ¡Todos son unos desgraciados superficiales! Que viven en un típico entorno, que actúan de la misma manera, tratan de pensar igual y hacen lo que sea para que su imagen ante todos sea inmutable. Una palabra, PATETICO.

El en cambio, con sus ojos grises, piel pálida, cabellera azabache y complexión fornida, pasa desapercibido ante los demás… es más, es sumamente atractivo. Pero al notar sus tatuajes, la manera en que debe pasar todo el día con un cigarrillo entre sus labios, ojeras marcadas y pupilas dilatadas acompañadas con un toque rojizo… hace que los cuchicheos y las miradas furtivas aumenten… lo mejor de todo eso, es que a él no le importa ni un pepino lo que opinen los demás, al fin y al cabo su opinión es la que queda al terminar.

Su vida es gobernada por adicciones y pensamientos un tanto depresivos, nadie lo escucha al igual que tampoco quieren hacerlo. Es de esperarse que al final de todo, se autodestruya y sea tal como él es. Puede que no cambie y al terminar sea un don nadie… todo sería diferente si su madre y padre no hubiesen muerte, cuando el solo era un niño. Por esa razón fue que aprendió la verdad de la vida, el dolor que esta implicaba, la soledad, el sufrimiento, la hipocresía, los amigos falsos… cambio, para mal.

Cada día se pregunta, ¿Qué hubiera pasado si…? No hay respuesta a esa interrogante, está atascado en la negatividad y el odio lo sega. Culpa a su familia por la muerta de sus progenitores, al igual que los amigos cercanos de estos… quedando solo, salvo el y… bueno no tan solo, existe una persona que logro romper esa coraza que pocos lo han logrado, mejor dicho nadie. Su nombre es Stef.

Stef, es una chica risueña y vivaz, tierna y sencilla. De esas que creen vivir en los mágicos cuentos de hadas y que todo a su alrededor brilla como oro, también que la bondad existe y todos son buenos. Con su metro cincuenta y ocho, ojos almendras, piel traslucida, sonrisa blanca, cabellera acaramelada, complexión menuda… cautiva a todos, su extrema belleza y su alegría, la hacen parecer una pequeña hadita soñadora y bastante irritante.

Si, es cierto… da miedo, esa amistad que la conforman aquellos dos adolescentes. Un alcohólico drogo tatuado depresivo, junto a una hadita de la pradera armonioso y terca… no es natural. Son polos opuestos, muy opuestos. Pero aun así no pueden vivir el uno sin el otro. A él le sería extraño de sobremanera no escuchar su irritante voz y molestas palabras, a ella el simple hecho de no ver su rostro le parece una tortura. Son mejores amigos. Hermanos para toda la vida, a pesar de los sentimientos de ella. En conclusión, el quiere matarla a ella pero la necesita… y bueno ella siempre necesita de él.

Una rara y disfuncional amistad… pero ¡Ey! ¿Quién dijo que ellos son normales?

El pelinegro apago de un manotazo el despertador aquella mañana, sentándose perezosamente y dejando que su vista se perdiera en las franjas de madera que cubría el suelo. Otro día, otro sufrimiento, otra molestia y otra sensación de vacío. Cada momento creciendo y siendo más rotundo… si, su vida es una miseria. Todos los días el tiene una ligera esperanza, de que algo cambie, algo la ilumine y eso nunca ocurre, solo se repite la misma monotonía.

-Se hace tarde…- escucho un grito que lo sobresalto un poco, ladeo la cabeza y soltó un suspiro. Se levanto dando tumbos por la habitación, se froto lentamente los ojos para luego abrir la puerta y salir de la habitación, dirigiéndose al baño. Dentro cumplió todas sus necesidades fisiológicas, enrollo una toalla en torno a su cintura y regreso a la habitación. Se vistió con su típico estilo, desgarbado y simple. Casi todos en aquel pueblo, lo apodaban basura europea, por su vestimenta muy londinense. Unos jeans grises algo desgarrados en la zona de la rodilla, un gorro tejido gris, una camiseta blanca, una bufanda tejida gris oscura y unas converses negras.

Tomo su mochila y sin darse una mirada al espejo salió en dirección de la cocina, ahí tomo un zumo de naranja y como alma que la lleva el diablo salió de la casa. Camino a pasos largos y decididos, el instituto le quedaba a poco más de cinco cuadras y no era muy necesario algún método de transporte… aunque no le vendría mal uno. Su sueño es comprarse una Harley y largarse de ese lugar, ser libre y vivir la vida.

El instituto irrumpió en su campo de visión, un bufido resonó en su pecho… ¡Maldita cárcel sin barrotes!- pensó con rabia. Solo le resta un año, un año nada más. Para terminar de reunir el dinero suficiente para largarse, si es que no lo arruina antes de tiempo.

Cruzo el umbral del establecimiento y no se digno a mirar a nadie. Nadie merecía ni un poco de su atención. Como siempre y casi en modo automático se dirigió a su casillero, abriéndolo y tomando los libros de su siguiente clase. Cerro el objeto de metal y regreso a su típica marcha, contando las largas horas que le quedaban para terminar con ese martirio. Pero eso no pudo ser, ya que un cuerpo femenino se interpuso en su camino. Alta, rubia, ojos azules y completamente plástica… Chelsea.

-Hola Cam…- lo saludo con su pitosa y estresante vos, el pelinegro se molesto. Odia los sobre nombres, el no se llama Cam, se llama Cameron. Si hubiese querido que lo llamaran así, pediría a los demás que lo hicieran.

-Hola.- fue la única respuesta que dio el chico.

-¿Esta noches iras a la Black?- intento coquetearle la rubia, pero como siempre él la evadió olímpicamente. El sexo con Chelsea no valía la pena y tampoco le gustaba, era como obligar a su cuerpo hacer algo que él no quería ni deseaba.

-Aja.

-¿Nos veremos ahí?- movió sus pestañas rápidamente y clavo sus orbes azules, en los grises de él. Aquellos ojos grises, tan monótonos y vacios como su corazón, como su vida.

-Como sea.- espeto cansino. Hablar con Chelsea solo le producía migraña y ganas de querer golpear su cabeza contra la pared. No entiende como existe un ser tan irritante… más que Stef.

-Estaré por la barra… haya nos veremos cielo.- fue todo lo que dijo, antes de besar la mejilla del ojigris. El cual se separo al instante casi como si le quemara aquel toque y camino a zancadas, sin importarle los alaridos que pegaba aquella tipeja, tratando de llamar su atención.

Entro a su salón asignado y se sentó en el asiento de la esquina, el más apartado, dejo su mochila en el respaldo de la silla y oculto su rostro entre sus brazos, dejando que el tiempo pasara y que un milagro ocurriera para que todo ese suplicio terminara aprisa. Rebusco entre sus bolsillos, hasta atinar con su ipod, para luego colocarse los audífonos y dejar que el resto del mundo se borrara.

El blues inundo sus sentidos, tranquilizándolo y llevándolo a otro planeta. Nada existía y nadie podía molestarlo. Algo perfecto, si se ve desde su punto.

A los minutos, sintió como una mano se apoyo en su hombro. Un suspiro se escapo de sus labios… aquella paz no le duro ni cinco minutos. Retiro un audífono y miro a la persona que habia dañado aquel momento.

-¿Qué quieres?- murmuro con fastidio. Puso sus ojos en blanco y se levanto del asiento.

-Cameron, deja de actuar tan infantil.- se quejo la morena, que aun seguía parada frente al chico, con las manos en la cintura y una mirada bastante intimidante.

-Metete en tus propios asuntos.- escupió esas palabras con odio, girándose y alejándose de aquella que le daba nada más que dolor de cabeza.

-No podrás evadir mucho tiempo la realidad.- lo persiguió impasiblemente, el giro de un solo movimiento y la encaro, mirándola con el mayor odio del mundo.

-Escúchame bien, y hazlo bien. No es asunto tuyo lo que haga o no, con quien este, si fume o me drogue… soy yo el que se está matando solo… así que, déjame vivir mi vida y búscate un novio que te aguante.- aquellas palabras sonaron tan duras y fuertes que cualquiera hubiese temblado. La morena no dijo nada, solo se marcho por donde vino y no miro atrás.

Cameron suspiro, sí, fue un poco duro con su prima… pero ya no puede más, su vida es un desastre y toda la gente de su alrededor le hace las cosas peor. Por culpa de ellos sus sueños se van por el desagüe y sus esperanzas se extinguen. El sencillamente, no es feliz… no, viviendo con la gente de esa casa y conviviendo con los “compañeros” del instituto.

Se detuvo en seco, al notar que habia salido de clase antes de que iniciaran y lo más seguro es que ya iba como por la mitad, llevaba bastante tiempo caminando sin rumbo fijo… dejando que su mente vagara en sus recuerdos, en uno donde sus padres vivían y todo era más sencillo. Llevo una mano a su hombro comprobando que su mochila estaba guindada en este, al notar que así era, camino, camino por el mismo sendero que lo conducía a la salida. No iba a soportar un segundo más en ese lugar. En esas situaciones, lo mejor es alejarse. Alejarse de la gente y la realidad, ser uno mismo y poder estar tranquilo.

Luego de su larga caminata, termino varado en un parque… el parque que lo conoce más que cualquier persona. Aquí ha llorado en silencio la muerte de sus padres, ha gritado del dolor, ha insultado con todo tipo de blasfemias, ha perdido su virginidad, ha golpeado a todo imbécil que se le aparezca, ha fumado hasta casi ahogarse, ha bebido hasta perder la conciencia… ha sido como quiere ser sin restricción.

Tomo la cajetilla metálica de su bolsillo y un encendedor, sostuvo con su boca un cigarrillo y sin más lo encendió. Dejando que aquella espesa nube de humo se formara en su garganta y luego saliera por esta hacia su boca, esparciéndose por todo el lugar. La nicotina lo hacía olvidar y a la vez lo hacía sentirse de maravilla. Como algún tipo de anestesia, pero sin ser duradera… solo mientras fuma siente aquello, es sumamente gratificante.

Así paso largas horas, que ni él supo cuantas exactamente… pero de lo que estaba claro es que el instituto habia terminado y ya era una hora de la tarde, debido a que el sol decencia lentamente en el horizonte.

-¿Que harás esta noche?- alguien pregunto llegando a su lado, sin previo aviso.

No giro la cabeza para ver el dueño de esta, porque simplemente ya la conoce perfectamente… más de lo que debería. No la saludo, ni siquiera le dedico una de sus frías miradas. Solo llevo con calma de nuevo el cigarrillo a su boca, aspirando la nicotina y el humo que bajo lentamente por su esófago llegando a sus pulmones donde se mezclo, volviendo a subir, para que luego fuera expulsara suavemente por su boca, llenando el lugar de aquella nube espesa con el típico y extraño olor.

-Nada, lo de siempre.- se justifico, encogiéndose de hombros. Sintió como la persona de su lado se removía en el lugar y clavaba su cristalina mirada en el con intensidad.

-Cameron...-susurro.

-Ujmm.- tardo en responder tal vez unos minutos. Hasta que escucho como se aclaro la voz. Repitiendo la rutina con el cigarro.

-¿No estás cansado de todo eso?- pregunto de la nada.

-A que te refieres con eso.- soltó el humo con calma.

-A esto, a toda esa fumadera, las cantidades de alcohol que consumes, la droga o todas esas mujerzuelas con las que te acuestas.- espeto con rabia. El pelinegro sonrió de lado.

-En realidad no.- una sonrisilla se filtro en aquel comentario.

-Yo...yo...yo... yo siendo tú me cansaría de todo eso, buscaría un nuevo pasatiempo, tal vez deportes o algo más saludable... tal vez una novia.- trató de sonar firme, pero al final la vos le tembló.

-Esa es la diferencia entre tú y yo.- respondió el ojigris algo tangente. No quería ser duro, pero ya lo tenía harto ese tema.

-Lo se... pero...- la corto de golpe.

-No Stef, tu eres tranquila yo soy imbécil, tu vives en un cuento de hadas yo en un mundo gobernado por adicciones, tu eres hermosa yo soy una escoria, tu eres perfecta yo no valgo nada, tú buscas el amor y yo solo diversión... por favor no lo intentes mas que no cambiare de parecer... por los momentos, no.- termino, soltando la ultima calada del cigarrillo, lo tiro al suelo y piso de un solo movimiento. Ella miro nostálgica al chico, con ojos vidriosos.

-Pero ¿Por qué?...- su vos sonó rasposa.

-Porque simplemente no creo en el amor, me parece algo superficial y comercial, para mí el amor es una mierda... inventada por series de tv de mal gusto.- cerro el tema, tomando de nuevo la cajetilla, sacando un cigarro y encendiéndolo, lo llevo a su boca, repitiendo la misma odisea de cada uno de ellos.

-De acuerdo.- asintió levemente. Cameron asintió en forma de despedida y soltando el humo salió del lugar, en dirección a una vida desconocida en donde no sabría si acabaría mañana o pasado.


Aquí esta la segunda y ultima parte, como dije mas larga que la anterior. Ojala les haya gustado. Sinceramente estos son unos de mis personajes favoritos, y tal vez algún día haga una historia. No lo se. No tengo mucho que decir, salvo que sigo escribiendo y ahora corrigiendo. Quiero acabar pronto. Otra cosa, quedan pocas horas para el cierre de las votaciones. Pronto se sabrán todos los ganadores. Me retiro porque tengo mucho sueño. Las quiero muchísimo a todas se me cuidan y chaii :3

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Awww noo :'( creo q llore
Es muy triste!!!!
Yo quiero una historia con estos personajes!!
Yo quiero yo quierooo!!
Se q no tienes tiempo pero mas tarde lo tendra ! Me encantaria una historia con ellos osea, continuacion de este relato :) ainsss bueno
Bye :)
Q estes bn

Annie - Tita dijo...

ainsss eso de arriba lo escribi yo!
solo q fue de mi movil :P
jejej

Mary dijo...

Este wey me cae mal xD no en serio argh! es DESESPERANTE!!!!! vale no creo que yo sea la mas positiva ni la mas amorosa, pero tanto asi? :/ me dan ganas de golpearlo muchas veces jajaja y luego darle una maldita pistola para que acabe ya con su maldita vida de una vez...uff si lo se vivi pero necesito desahogarme! xD en si el personaje me gusta aunque quiera matarlo ¿quien no ha querido matar a un personaje? espero una continuacion siiii para poderlo matar!!!! y cuando publicas la mini historia de "love is the game.."? bueno cuidate mucho y chao!

Gisel dijo...

¡Hola Vivi! ¿como estás? Yo... espera recupero el aliento... uff, ahora si. ¡Me encanto!¡es precioso todo lo que has escrito!Me has dejado fascinada, y por supuesto quiero una continuación Por favor!!!!
Me encanta como escribes, si lo sé, lo he dicha, quizás demasiadas veces, pero es que considero que es necesario decir las cosas cuando son merecedoras, y cada vez que leo algo tuyo, creo que es necesario decir algo así >.<!!!. Sabes, me siento muy identificada con lo que escribes, es como si describieras parte de mi vida (da miedo xD jajaja no hablo en serio). Cuando has descripto a Stef, me has descrito, porque yo soy igual de INSOPORTABLE xD, es decir soy risueña, alegre terca, soy capaz de colmar la paciencia de cualquiera, y mi mejor amigo... bueno él, es algo parecido a Cameron, con la diferencia de que él no fuma, con respecto a lo demás, es igual. Un tonto pesimista que estima que la vida es una basura, bueno no, la vida no, más bien todo lo que trae con ella. Si es cierto, coincido con lo escrito en el relato, la amistad es algo extraño, muy extraño xD.
Bueno, me despido Vivi, te cuidas muchisimo, y adiós.
P/D: Anteriormente te deje un comentario, pero mi hermosa conexión a internet se detuvo, asi que seguramente no llego a enviarse, aclaro esto, por si por casualidades de la vida, hallas dos comentarios similares =), ahora si me voy, adiós, y te cuidas.