Capitulo 3: ¿Por que eres tan diferente a los demás... para mi?
POV SUMMER
-No me importa, es un idiota.- gruñí entre dientes a Oliver mientras caminábamos por el pasillo que nos llevaba a mi siguiente clase. Respiraba hondo tratando de controlar la rabia que amenazaba con explotar en cualquier momento. De una forma no muy grata. Ese maldito. No sé porque pero dentro de mí con solo ver esos ojos, los odie. En especial aquella mirada tan… tan despectiva. La manera en que me escrutaba con sus fríos ojos azules, solo hacía que un fuerte dolor en el pecho se estableciera ahí, solo para joderme la vida.
-Pero Sum.- trato de buscar una salida Oli. Con intención de cambiar el tema y hacerme olvidar. Pero es obvio que mi mente no apartara tan fácilmente aquellas orbes.
-Nada Oliver es un estúpido, el no tiene derecho a tratarme así.- reclame con tozudez, no aguantaba las ganas de dar media vuelta y buscarlo hasta darle caza. Seria fascinante verlo lloriquear y retorcerse del dolor. Una sonrisa de autosuficiencia se asomo por mis labios con cierta maldad, Oliver me miraba con una sonrisa de lado.
-Sum estoy de acuerdo contigo el no te debió tratar de esa manera, pero piénsalo.- se detuvo y lo imite- tal vez simplemente sea otro de esos niños arrogantes… no le des importancia, seguro se molesto porque aquel golpe arruino su peinado.- aquellas palabras fueron dichas en un tono realmente fallido de galantería. No pude contenerme y reí por lo bajo.
-Oliver no me causa gracia.- trate de sonar lo más firme posible, esquivando su mirada y mordiendo mi labio.
-¡Oh vamos Summer! Sabes que mi comentario estuvo bueno.- se detuvo justo impidiéndome el paso mientras me tomaba como a una niña pequeña y me alzaba. Proteste un par de minutos hasta que me canse y comprendí que no me bajaría hasta que aceptara los hechos. Así que solo murmure un simple “Aja” poniendo mis ojos en blanco. A veces Oliver puede ser bastante testarudo. Me bajo con rapidez, depositando un tierno beso en mi frente y acariciando mi mejilla- Nos vemos luego.- termino para luego salir corriendo en dirección a su clase.
Me reí por lo bajo, di la vuelta y entre con desgana al salón no tenía ganas de ver clase, bueno hay algo que si me encantaría hacer partirle la cara a ese arrogante niño bonito. ¡QUE NISIQUIERA PUDE DETALLAR! Sé que me reprochare esto hasta que lo pueda reconocer. Pero de igual forma lo odio. Ok sí, estoy exagerando pero eso no implica que tenga derecho a tratar a otros de esa forma tan despectiva como lo hizo el. Oliver tiene razón es un malcriado, engreído.
Al entrar al salón detalle a un par de chicos que estaban sentados dándome la espalda, nunca los había visto por aquí. Seguro son los chicos nuevos que creo que se presentaron en clase de literatura, pero claro como en ese momento estaba como fuera de este mundo no me percate muy bien de aquello.
-Señorita Kane.- aquello me saco de mis pensamientos o mejor dicho intento por ver mejor a los chicos nuevos.
-¿Si?- pregunte con una sonrisa angelical, acercándome al profesor.
-Podría acercarse un momento.- pidió mientras sonreía con algo de cansancio, fue ahí cuando salieron a relucir notablemente unas oscuras y marcadas ojeras- Jóvenes Mcmoon ustedes también.- esta vez fue dirigido a los otros chicos, a los nuevos… creo. Mi mirada no se despego del maestro el cual solo suspiraba con tristeza y movía sus manos con intranquilidad- Señorita Kane debido a que usted es la presidenta del grado, necesito encarecidamente que les muestres el colegio a estos dos alumnos nuevos. Hoy de verdad ha sido un día muy duro y como ya dije es la presidenta, así que hágame ese favor.- se detuvo dando finalizado a aquella petición, asentí con calma y gire en dirección a la puerta, pero me detuvo- Ya que el instituto es bastante grande no tendrá límites de tiempo, yo hablare con los profesores de las siguientes horas.- le dirigí una última mirada acompañada con una sonrisa tímida.
-Claro no hay problema profesor. Será un placer.- acepte, no es que fuera un placer eterno pero no me moriría por intentarlo.
-Muchas Gracias.- asintió y nos indico que podríamos salir.
Yo no voltee a ver a los chicos, simplemente me limite a caminar fuera del salón… mis suplicas de no ver clases se oyeron, tal vez debería desear más cosas. Deseo… deseo un novio que me ame. Okey soy patética, búrlense pero cuando lo tenga no dirán nada. Espere hasta oír como la puerta se cerraba y de un movimiento gire con una sonrisa amigable dibujada en mi rostro. Un par de ojos celestes se toparon con mi mirada, sonreí. El otro chico llevaba unas gafas de sol impidiéndome ver la suya y casi no me miraba su atención estaba enfocada más bien en los anuncios de las paredes.
-Hola, mucho gusto mi nombre es Summer.- me presente con un poco de vergüenza. El chico de los ojos celestes y brillante cabellera rubia me miraba de forma demasiado comprometedora.
-Un gusto mi nombre es Santiago.- si el de la mirada comprometedora fue el primero en saludar mientras alzaba una ceja y acercaba su rostro para depositar un suave beso en mi mejilla. Pude sentir como el calor subió a mi rostro.
Me sonroje por ese acto. A leguas se podía notar que es de esa clase de chicos que le gusta hacer lo que quiera sin importar sus consecuencias, a demás que tiene ese estilo de “Tengo a todas las chicas que quiero”, la verdad que eso me pareció sumamente gracioso ya que concuerda perfectamente con su apariencia. Es bastante alto y de porte musculoso, piel ligeramente bronceada, cabellera ceniza lisa y despeinada, facciones tiernas acentuadas con unos ligeros rasgos firmes, sus perfectos y brillantes ojos celestes, y su blanca sonrisa. Es un chico de esos galanes. Estoy completamente segura que ha tenido más novias o mejor dicho acostones de lo que puedo imaginar en este preciso instante.
-Peter.- murmuro el otro chico de la nada. Mi atención se poso en él, su comentario me espanto casi había olvidado su presencia. Su tono tan indiferente y cortante me crispo hasta lo más profundo, ni siquiera se digno a voltear. Su actitud es sangrona, de esas que provoca escupirle cada vez que abra la boca para mencionar una palabra.
Como su rostro se encontraba literalmente de perfil no pude detallarlo con precisión, pero sus rasgos masculinos se hacían notar con obviedad. Su amplia espalda, sus fuertes y anchos hombros, su torso marcado con aquella camisa entallada al cuerpo, alto casi llevándome una cabeza, piel tan pálida como la nieve y una cabellera tan negra como la noche pero perfectamente sedosa.
-Bueno espero que disfruten, se que les agradara el instituto es bastante amplio y todos las personas son de verdad muy amables, así que siéntanse como en casa…comencemos.- trate de sonar lo mas maternal que se le permitió a mi voz y mi sonrisa. El rubio al parecer si se lo creyó porque al instante sus ojos brillaron. El otro siguió ignorándome… ya se estaba ganando mi odio, junto al chico de los ojos marinos, ambos son unos inmaduros.
El recorrido salió bastante bien, más de lo que pensé en realidad. No recordaba lo grande que era el instituto hasta que lo detalle para ellos parte por parte, creo que hasta omití algunos para que no se hiciera tan largo y tedioso, aun así fue eterno. Creo que duramos alrededor de dos horas… puede que un poco más. Santiago se comporto bastante bien y no me coqueteo tanto como creí, tal vez fui demasiado dura en como pensarlo, sus chistes me mantenían muy divertida y sus comentarios muy enternecida. Por otro lado el chico Peter mantuvo su actitud y no me dirigió la palabra a menos que se le hicieran preguntas directamente, de verdad que es un chico orgulloso o demasiado malcriado… ¡Ah! No sé, pero no quiero verlo ya y solo estuvimos un par de horas en esto. ¿Cómo hare el resto del año? Sera algo sumamente largo de verdad y creo que él no ayudara en nada, se nota en su forma de bufar… Maldito imbécil.
-Bueno Sum gracias de verdad, es un lugar fantástico. Te agradezco el recorrido.- Santiago tomo una de mis manos y la beso como todo un caballero para luego sonreír de lado- Espero que tengamos más clases juntos y nos veamos mas.- yo asentí un poco anodada y di un paso atrás.
-No hay de que.- mi tono fue calmado y feliz- Nos veremos luego.- levante una mano en forma de despedida y me gire para emprender mi camino. Antes de eso- Adiós Peter.- me despedí girando en dirección a él, una mirada basto para dejarme perpleja.
-Si aja.- dijo muy amargado y en tono frustrado. Su mirada se clavo en mí y de manera arrogante arqueo perfectamente una ceja. Mi mirada no se despego de sus ojos… esos ojos ¡Ese infeliz! Sabía que algo familiar tenía con el otro idiota. Claro que lo tienen, que ciega soy... es el mismo. Peter y el chico de la mirada despectiva, son el mismo. Es decir que el ingrato que me trato de esa manera es el. Ahora sí que lo odio con toda mi alma. No soy de esas chicas que detestan a medio mundo y andan lloriqueando mientras gritan “¡Nadie me quiere, todos me odian!”, de verdad que eso sería lo más patético y denigrante que puede hacer cualquier persona… la dignidad va ante todo.
En realidad siendo sincera no lo odio, simplemente no me gusta su trato… siempre he seguido el dicho de “Trata a los demás como te gustaría que te tratasen”, y él en realidad no tienen NINGUN derecho a tratarme como lo hizo hace un par de horas. No es un rey o algo por el estilo, es solo un simple adolescente con el ego agrandado y la personalidad vale madre… típica en un chico “Rebelde y mimado”. Pero bueno no sé cómo hare pero lo bajare de esa nubecita que se creó él solito.
Nuestras miradas se encontraron y algo dentro de mí sintió que todo se detuvo. Sus ojos casi negros me perforaban y podía sentir como leía cada parte de mi alma sin importarle que yo lo notara. Pude detallar más su rostro, una perfecta nariz recta justo en el centro de este, labios apetecibles y sexys los cuales se mantenían formando una arrogante sonrisa de lado, dientes relucientes. Okey lo admito, el está para comérselo… es un tremendo espécimen. Instintivamente mordí mi labio y lo mire con la misma intensidad que el por un largo rato. Algo dentro de mí me gritaba peligro pero no me importo ¿Para qué? Adoro los peligros, hacen la vida más excitante.
El timbre sonó anunciando el inicio de la siguiente clase, haciendo que el hechizo bajo el cual me mantenía se rompería en segundos. Agite mi cabeza un par de veces antes de escrutarlo con la mirada y tratar de mantener mi mano en su lugar y no hacerle un gesto obsceno. Él al parecer le pareció sumamente divertida mi cara de confusión y rabia, ya que una blanca y perfecta sonrisa se formo en su rostro. No pude seguir mirándolo y sin más me gire para continuar a mi destino. No sé si estaba volviéndome loca pero sentí como un hilo invisible me jaloneo hacia el… ¡Oh por Dios! Estoy enloqueciendo, tal vez lo mejor sea mantenerme lejos de ese arrogante niño bonito.
Llegue al gimnasio y entre a los vestuarios, me cambie con rapidez por un short corto y una camisa de deporte, amarre mi pelo en una coleta alta y salí de nuevo de ahí. Mis amigos se encontraban todos en una de las esquinas del lugar mientras charlaban animados. Oliver me dedico una mirada y yo solo sonreí. Me acerque a ellos y me senté junto a mi hermano, el cual compartía esta hora conmigo. Sentados nos encontrábamos… Oliver, Victoria, Clair, Lysander, Casey, Eliot y Cindy. Todos mantenían una charla la cual no pude seguir, así que me levante acomodándome mi ropa… murmure un “Ya regreso” y camine sin un punto en especial. Solo que como el inicio me sentí observada… nuevamente. Mire a ambos lados pero no logre ver nada, así que continúe.
-Vaya, vaya, vaya miren a quien tenemos aquí.- una vos pitosa y fanfarrona llego a mis oídos. Respire un par de veces y apretando mis nudillos, me gire con una sonrisa completamente falsa y la barbilla en alto, para poder encarar a Amanda. Como describirla a ella, es de esas chicas que creen que tienen a todos los hombres en la palma de su mano y que deben pisar el suelo por donde ella camina… es una completa arrogante, narcisista, frívola, mandona y reina del drama. En cierta forma eso me recordó a Peter… Puede que fueran una linda pareja. Ese comentario me hizo rechinar los dientes… ¡No! ¡Nunca lo serán!, un momento por qué me altero por eso, tal vez se deba a que si ambos se juntan me harán la vida cuadritos y es mejor que estén separados. Si claro, es obvio que me altero por eso.
Al lado de la rubia plástica se encontraban sus amigas o como les decimos sus perritas falderas, las cuales me miraban con cierta superioridad… exceptuando a Trisha ósea la segunda mejor amiga de Amanda. Me pregunto porque siempre la oxigenada mayor debe tener siempre dos amigas que la sigan a sol y sombra sin una gota de autoestima, vean se las describo. Primero tenemos a Holly la zorra por excelencia, todo el mundo sabe que esa se ha acostado con más de medio instituto y que solo le queda una neurona a causa de tanto tinte para el cabello, su mirada siempre es vacía y sus expresiones completamente exageradas, su piel es bronceada, sus ojos verde pálido, su nariz respingada, delgada casi anoréxica, operada y rubia falsa. Por otra parte tenemos a Trisa la más inteligente entre esa cuerda de descerebradas, es dulce tierna y un poco callada, le gusta leer y es una romántica a morir, se sienta en ocasiones con nostras y en realidad me llevo bastante bien con ella, la única razón por la que ella se encuentra siempre con Amanda es porque son mejores amigas desde que eras unas bebes y es algo comprensible, su cabellera es castaña, sus ojos avellana, su piel morena, sonrisa blanca, delgada y con muchas curvas, pequeña de estatura y de facciones completamente adorables.
-Quítate de mi camino Amanda.- escupí las palabras con el mayor odio del mundo mientras trataba de pasar por su lado. Me lo impidió y se carcajeo con fuerza.
- Summer, Summer, Summer quién te crees tú qué eres para decirme por dónde caminar o pararme- su tono de sarcasmo hizo que su vos chillara mas. Como odio eso, bueno en realidad ella es detestable- Sabes necesito un favor tuyo.- pidió mientras alzaba una ceja y hacia un par de muecas.
-Ja ja ja yo un favor a ti no me hagas reír Zorra Barata.- me cruce de brazos y reí con hipocresía- No, ahora déjame pasar.
-Bueno da igual, el favor que necesito es que hables muy bien de mi con tu “amigo”.- enfatizo la última palabra.- Peter.- dijo su nombre como si fuera una premio. Esa perra, ¿Por qué ella querría eso? Bueno es obvio que quiere que ese ser – Peter –sea suyo, por favor. Trate de contener mi ira y simplemente la mire sin entender, no hare semejante estupidez… si odio a Peter. Un momento estoy sintiendo ¿CELOS? Por Dios, tan solo pensar en eso da risa, a mi no me dan celos que un cretino como el este con esa zorra, más bien se lo regalo. Son tal para cual.
La aparte de mi camino, con un empujón de hombros y seguí como si nada, como si nunca hubiese habado con ella y lo que dijera no me importara en lo mas mínimo… en realidad es así. Lo que ocasiono que se molestara más de lo que ya “estaba”. Me tomo del antebrazo con fuerza clavándome las uñas, hizo que me girara para quedar frente a frente. Mis ojos destellaban rabia y asco.
-Summer recuerdas a tu querido Derek, no querrás que se sepa tu secreto ¿Verdad?-hizo una pausa, yo solo la fulmine con la mirada- Ok, entonces será mejor que hagas lo que te dije.- reclamo con malicia y superioridad. Debí contar hasta cien para no abalanzarme sobre ella y arrancarle las asquerosas extensiones del pelo.
Me decide de su agarre, no me había dolido que me clavara sus uñas pero me había dejado marcas ¡Ahg Maldita!... después me las pagaría. No puedo creer que me allá amenazada por ese imbécil, por ese cretino de fea sonrisa y horrenda actitud. Bufe por lo bajo todo esto me parecía sumamente patético y bueno si ella habla yo me encargare de hablar también… ojo por ojo.
-¡Ah! Ya entendí.- grito Holly queriendo llamar la atención. Se aclaro un poco la garganta y continuo- La perra esta celosa.- comenzó a canturrear como una niñita de 5 años. La mayoría de la gente la miro extrañada, otras reían, pero todos mis amigos la fulminaban con la mirada.
La ignore, ni mire atrás ¿Para qué? Ella no merece la pena mucho menos mi atención. Pude notar como Oliver se acercaba a mí con la mirada echa fuego y los puños apretados, pero me paso de largo y se acerco a Holly… ¡Oh Dios! La golpeara. Corriendo me acerque a mi mejor amigo y con todas mis fuerzas lo arrastre a casi el otro lado del gimnasio. A veces el puede ser algo extremista estoy segura que lo hubiese hecho. Cuando estuvimos lo más alejados de esa perra, lo hice mirarme para luego abrazarlo con fuerza, le tomo unos minutos relajarse.
-Ying cálmate, no vale la pena.- murmure en su oído mientras acariciaba lentamente su suave cabellera. Suspiro ya más calmado y luego me miro.
-No sé como dejas que te hablen así Summer.- espeto con rabia, yo solo voltee los ojos.- yo tu desde hace mucho les hubiera dado su merecido.- reí ante su comentario.
-Olvídalas.- reímos un poco más y luego dejamos concluido el tema. Dejando como conclusión que ellas son unas zorras y a nadie les importan. Un grito me saco de nuestro momento de paz.
-¡Summer!- escuche como me llamaban al girar pude ver quién era. Con una sonrisa carismática y una mirada chispeante me saludaba casi del otro lado del lugar… Santiago. Sonreí ante su llamado y lo salude con la mano. Oli soltó nuestras manos entrelazadas y con un último beso en la coronilla se despidió.
- Ve, yo voy con Tori.- me reí por lo bajo, le guiñe un ojo por lo cual él se sonrojo y siguió su camino.
Oliver desde hace varios años atrás a estado enamorado de Victoria a ella le decimos Tori, es una chica bastante altanera y divertida de esas que aman ser libres y sonríen en todo momento, es muy feminista y siempre está a mi lado si tengo algún problema… es una excelente amiga. Es bajita de estatura y delgada con bastantes curvas, su tez es palida, sus ojos azules aguamarina, cabellera azabache lisa casi llegándole a la cintura y una sonrisa tierna, acompañada siempre de sus sonrojos. Ella y Oliver siempre han sentido algo el uno por el otro, pero temen lo que piensen el uno del otro si confiesan sus sentimientos, solo por ese temor no se han hecho novios. Es adorable la verdad. Como en las novelas.
Camine hasta Santiago, el cual para mi desgracia se encontraba acompañado de Peter el cual me miraba con sumo descaro. También junto a ellos se hallaban dos chicos realmente lindos… sus hermanos, creo que Santiago me había comentado algo de ellos.
-Hola Summer, es un gusto verte de nuevo.- comento besando mi mejilla de forma de saludo- Te quiero presentar a mis otros hermanos él es Eric y el es Ángel.- me presento señalando a cada uno y mostrando un poco indiferencia ante su hermano Ángel ¿Se odian?
-Mucho gusto Señorita.- saludo el chico que se hace llamar Eric con un fuerte acento inglés, tomo mi mano y deposito un suave beso en esta. Su postura y encanto tenían un estilo de películas antiguas de Gran Bretaña, su porte se veía muy recto y caballeroso. Su apariencia me sorprendió un poco este chico simulaba unos veintidós años pero por lo que entendí tiene dieciocho. Su cuerpo es musculoso y se nota que es trabajado, alto y de piel trigueña, ojos de un extraño color avellana, hoyuelos dulces, cabellera castaña y lisa. Un chico bastante apuesto en realidad.
-Si también me da gusto conocerte… Pero por favor, llámame Dengel.- la voz de este chico si que me cautivo, era aterciopelada pero con un tono grave y bastante atrayente. Cuando dijo aquello sus hermanos se tensaron y el ambiente se torno un poco incomodo, Peter lo miraba fijamente apretando la mandíbula, Eric se encontraba desconcertado y Santiago formo una mueca de fastidio con los labios, no entendí porque la actitud. Entre todos ellos me gusto mas la actitud de él, se nota que es alguien que ha pasado por mucho pero sigue manteniendo la frente en alto a pesar de todo, con una mirada cautivante y rostro tan perfecto como un ángel. Su cuerpo no era tan musculoso como el de sus hermanos pero igual se notaba bastante fornido, su piel pálida y brillante lo hacía resaltar de entre los cuatro, sus ojos grises casi metálicos, rostro hermoso y perfectamente delineado, cabellera azabache y sonrisa encantadora. Por decirlo así tenía un cierto parecido con Peter.
-Summer.- llamo mi atención Santiago, gire para mirarlo pero el me detuvo sosteniendo del cuello.
-¿Qué ocurre?- pregunte extrañada.
-Tienes un tatuaje en la parte trasera de tu cuello.- respondió algo divertido mientras acariciaba con un dedo delineando el tatuaje. Un escalofrió me recorrió de pie a cabeza.
-Si.- reí como si fuera lo más obvio del mundo.
-Guao es muy lindo.- siguió trazándolo con delicadeza. Mire de soslayo a Peter el cual mantenía la vista en su hermano escrutándolo y apretando los puños, me extraño eso- es el signo del Ying Yang ¿Por qué lo tienes?- pregunto algo curioso, yo simplemente me encogí de hombros y me gire, ya me estaba incomodando un poco el contacto y la atención.
-Es una larga historia.- mencione aun divertida, el asintió con una sonrisa y se sostuvo en la pared. Peter aun seguía observando con odio a Santiago. Me dio satisfacción aquello- Sabes te la contare luego.- concluí mirando directamente a el chico de los perfectos ojos marinos. El chico me guiño un ojo haciendo que volteara los ojos.
-No hay problema…- concluyo cuando noto que el entrenador entro y se acerco a nosotros.
-Buenos días, ojala se hayan preparado esta mañana porque hoy será un día muy entretenido.- no me gusto para nada su comentario, eso solo se refiere que saldremos adoloridos y él se divertirá viendo eso. Miro a los cuatro hermanos que seguían a mi lado- Mi nombre es El Entrenador Munn para los que no me conocen, cabe destacar que me gusta que todo se cumpla y no quiero ver a ningún de mis alumnos siendo unos buenos para nada.- los miro seriamente a todos los hermanos- Retomando el tema hoy tomaremos la prueba final de defensa personal, pero debido a un cierto número impar por cada género, un joven el cual será.- miro a todos los chicos- usted.- dijo señalando a Peter, el cual solo asintió- y usted señorita Kane.- termino sin darle importancia.
El entrenador se dispuso a poner a todos en parejas de hombre y hombre, mujer con mujer, yo maldije por lo bajo. No quería hacer esto con él ni siquiera me gusta verlo, como luchare contra el eso requiere contacto físico… pero hay algo bueno de todo esto, así desquito mi rabia… será muy divertido. El Entrenador Munn es quisquilloso, recto, mandón, terco, y poco flexible, el fue militar y se le nota mucho debido a su actitud… así que aunque lo intente no me cambiara de pareja.
Mientras él seguía explicando las reglas, de lo que debíamos o no hacer. Decidí mejor ignorarlo e intentar relajarme me sostuve en una pared y deje que un largo suspiro saliera de mis labios, mis ojos se cerraron al instante y mi fuerza se fue equilibrando mediante mis deseos, no quería que me pasara como la última vez. Fue hace un par de meses, me moleste tanto que mi cabello cambio a un blanco cenizo y mis ojos de volvieron blancos… fue sumamente raro, pero es todo culpa de mi naturaleza. Me ajuste un poco la camisa y espere a que me llamaran.
-¿Estas lista Kane?- pregunto Munn apareciendo con una de sus sonrisas sínicas.
-Mmm… si.- logre articular como quien no quiere la cosa, mientras me encogía de hombros.
-Ok, acércate Mcmoon.- Peter se acerco con su típico andar en completo silencio, mi mirada no se despego de su rostro- Bueno serán ustedes primeros, recuerden no quiero golpes ni mordidas.-yo bufe en mi mente ante ese comentario- solo el que derribe a su oponente y lo mantenga en el suelo por más de 10 segundos gana.
Los dos asentimos decididos, en realidad todo esto será sumamente divertido. Decidí desviar la mirada de sus ojos sino me desconcentraría y él me volvería a controlar de la misma forma como hizo hace un rato. Camine hasta el centro del sitio y respire un par de veces, sentí su respiración en mi nuca y su calor golpeando mi espalda. Quise girar pero no me atreví su cercanía me cohibía de forma notable, respire un par de veces y gire sobre mis talones encarándolo. Su rostro se encontraba a pocos centímetros del mío, haciendo que nuestras respiraciones se entremezclaran, un tenue rubor se formo en mis mejillas él lo noto ya que sonrió con autosuficiencia. Eso me hizo hervir la sangre haciendo que de un empujón lo alejara de mi… es un engreído.
-¿Listos?- nos volvió a preguntar el entrenador. Volvimos a asentir. Sonó su silbato anunciando el comienzo de esta lucha.
Nos miramos de forma desafiante y separando el espacio que quedaba nos tomamos por los antebrazos y ejercimos presión, me dolía un poco, el me tomaba con más fuerza de la necesaria y aunque yo pudiera ejercer mas de lo que el imagina. Comenzamos a caminar en círculos, el por su parte comenzó a empujarme tratando de que yo callera al suelo pero no me iba a rendir tan fácil y también comencé a empujarlo, en realidad me dio mucha gracia parecía un tonto vaivén literalmente coreografiado o mejor dicho un baile. Metió su pie y ambos caímos al suelo, mi espalda golpeando con un sonido sordo el suelo y el sobre mí, a pesar de todo eso el decidió mantener su peso con los brazos pero sin despegar ni un centímetro de mi cuerpo con su el suyo, sentía toda su anatomía golpeándome y poniéndome nerviosa. Me perdí en aquellos ojos tan hermosos que amaba y odiaba a la vez, pero en mi mente había una vocecita riéndose imaginándose como se vería esa escena desde la posición de mis compañeros, me ruborice de tan solo imaginármelo y lo empuje lejos de mi con mucha fuerza. Cayó a mi costado, su cara demostraba perplejidad cuando golpeo el suelo, de igual forma sin mucha dificultas nos levantamos con movimientos agiles, volviendo a nuestro raro e intenso baile.
-‘re an idiot.- grite regresando a mi primer idioma, el italiano mis palabras fueron “eres un idiota”. No suelo hablar en ese idioma pero cuando mi enojo llega al límite y me pasa físicamente lo que antes dije. El parecía divertido y soltó una larga carcajada, lo mire sin entender absolutamente nada.
- Non fatevi le vostre speranze up che non si note vole ritardo rispetto alle.- su comentario fue entre risas. Lo mire perpleja, no puedo creer que el imbécil ese sepa hablar italiano, “no te ilusiones que tú no te quedas muy atrás”.
-¿Si parla italiano?.- pregunte aun asombrada “¿Sabes hablar italiano?”, se que fue un comentario estúpido, pero es que todavía no me podía creer que hablara ese idioma.
-Lie no french.- se burlo de manera sarcástica “no mentira francés”.
-Sei un idiot.- aquello fue la gota que derramo el vaso. Me harte es un engreído de porquería lo lamentara, con mucha fuerza, toda la que hizo que no me descontrolara lo empuje. Haciéndome caer sobre el de la misma forma que antes, solo que esta vez yo sobre Peter. El se desconcertó ante eso y un jadeo se escapo de entre sus labios, mi mirada viajo a sus ojos los cuales me miraban mas oscurecidos de lo normal. Pero me engaño ya que de un solo movimiento me coloco bajo el yo aun seguía shokeada. No se lo iba a permitir, así que luche contra el tratando de girar, ambos girábamos por todo el suelo intentando quedaren la parte de arriba… ninguno lo lograba. Nuestras piernas estaban entrelazadas, nuestros brazos fuertemente tomados, nuestros pechos juntos sin ninguna restricción y nuestros rostros a escasos centímetros. Mis ojos se cerraron durante un segundo y todo el momento se esfumo.
-Ya listo es suficiente, es un empate.- grito el entrenador mientras sonaba el silbato y reía.
Peter seguía sobre mi clavándome su mirada, pero esta vez no me veía con odio si no con ternura, le devolví la mirada y me perdí en esos mares. Por alguna extraña razón los vi distintos, los observe tratando de descifrar la diferencia y de un momento a otro se levanto sin dejarme ver sus ojos azules. Ignore su actitud y me senté sobándome los brazos… me saldrían moretones luego de todo esto, será un largo tiempo utilizando manga larga, maldito Peter. El me ofreció su mano y dude con obvia desconfianza… ¿Esto es en serio? ¿Está tratando de ser caballeroso? ¿Conmigo? Okey, el de verdad sí que me confunde, este chico de verdad que está loco. Tome su mano pensando que sería una trampa y me dejara caer, pero cuando tome su mano tiro de mi con fuerza, lo que hizo que chocara con su pecho dejándome algo mareada. Sin ninguna objeción me seguía sosteniendo por la cintura quemándome donde tocaba.
-No eres muy buena luchando, pero hablando italiano eres excelente.- comento con sarcasmo mientras reía divertido. Mis mejillas se encendieron y no sé como no lo golpee con fuerza. Lo fulmine con la mirada. Es un arrogante niño bonito.
- Si soy buena, y si es así cual…- pero no pude terminar lo que iba a decir, ya que a un lado nuestro se apareció de la nada Santiago interrumpiéndonos.
-¡Guao! Que excelente pelea.- dijo este chocando su puño con el de Peter- Y usted señorita no sabía que una chica tan hermosa podía pelear de esa forma.- me alago con una gran sonrisa, yo semi sonreía para luego volver a fulminar con la mirada a Peter.
Escuche un resoplido por parte de Peter, como si lo que acabara de decir su hermano fuera muy gracioso, ¡ush! como odio su actitud, ¿Por qué tendrá que ser tan arrogante? Y ¿Por qué me habrá tratado “bien” a sé un par de minutos y ahora me trata de esta forma?
-Idiotas.- resople, volteando los ojos y alejándome de ellos, definitivamente Peter sacaba mi peor lado y si seguía tal vez uno peor, y sinceramente no es muy bonito.
-Rach.- sentí como alguien susurraba en mi oído, un escalofrió me recorrió el cuerpo pero en el acto sonreí… aquella voz nunca la confundiría. A demás que es el único que sabe mi verdadero nombre en esta ciudad.
-Lysan.- canturree volteándome de un salto y abalanzándome a sus brazos los cuales me acogieron en el acto. Necesita un abrazo con urgencia de él, el es el único que hace que me sienta más tranquila y piense con coherencia.
-¿Te encuentras bien? ¿Ese imbécil no te hizo daño?- sus preguntas fueron nerviosas y un poco duras, reviso mis brazos y lo hice mirarme para que se relajara.
Me levante un poco la camiseta, para demostrarle que no tenía nada y que estaba bien, pero para mi mala suerte, tenía un moretón justo a mi costado derecho… maldije internamente, ya me imaginaba el sermón de Lysander sobre tener más cuidado y bla, bla, bla. Yo misma me acuse.
-Por favor Rachele.- negó suspirando y luego tocando el lugar del moretón, intente no hacer una mueca de dolor y lo mire algo adolorida. Lo acaricio con ternura y me miro de nuevo- No rache no te hiciste nada.- espeto sarcástico, pero solo suspiro y lo dejo pasar- Pero hablando enserio… ¿no te lastimo mucho?, porque si es así lo voy a…- comenzó con su amenaza pero yo lo corte.
-Lysander cálmate ¡ESTOY BIEN!- gruñí abriendo los ojos y bufando. Mi hermano en ocasiones de verdad que es terco.
-Está bien.- zanjo el tema cuando noto la expresión de mi rostro- Pero sabes no sé si te diste cuenta, pero cuando empujaste al chico ese tus ojos cambiaron de color… fue algo muy fugaz, dudo que alguien lo haya notado. Bueno eso espero.- bajo el tono casi ni se escucho pero lo oí perfectamente- Óyeme bien Rachele si él te vuelve a poner un dedo encima ¡lo MATO!- se altero de nuevo, lo abrase para que se calmara lo rodeando su cuerpo con mis brazos. El al principio no me respondió y solo se tenso pero luego me regreso el abrazo. Haciéndome sentir de esa forma que el solo sabe hacer… en casa, protegida y querida por mi familia, en este caso la única que me queda. Beso mi coronilla y con un último apretón antes de girarse regresando con su novia.
Me di la vuelta para dirigirme a ver la “lucha” de Casey y Victoria – mejor dicho ver como solo reían- , no se tomaban eso enserio y se nota de sobra que saldrán mal, pero refiriéndose de Tori ella peleare por su nota hasta posiblemente matar a Munn. Pude percatarme como Peter y Santiago tenían la vista fija en mi hermano fulminándola con esta, pero ¿Ahora a estos dos que les ocurre? Hombres quien los entiende. Blanquee mis ojos y resople.
-Sum eso estuvo genial.- me grito Casey al oído abrazándome por detrás. Me asusto un poco pensé que aun seguía en su lucha, pero al parecer todo salió mejor de lo creí. Ella es Cas una de mis mejores amigas, es un poco más alta que yo, delgada, de tez morena, con un cabello ondulado de un café oscuro que le llega hasta la mitad de la espalda, ojos de un chocolate tan profundos y compasivos, de facciones finas con labios carnosos, es muy simpática, tierna y cuando esta con Tori se aloca mucho.
-Gracias.- le grite con el mismo tono que ella uso, riendo. Gire observándola aun divertida, se veía emocionada pero algo en su mirada me hacía dudar – conozco esa mirada algo malo ocurre – a su lado estaba Eliot con esa mirada divertida y de superioridad que él tiene. De esas que como dije antes te provoca escupir en ellas.
-Si con esa demostración nunca me meteré contigo.- menciono Eliot, yo me reí y le empuje suavemente en el hombro. El es el novio de Casey, es alto tanto como Eric, de tez blanca, sus facciones son un tanto finas pero rectas, sus pómulos siempre conservan un tono rojizo, tiene una sonrisa perfecta y deslumbrante – todas las chicas la adoran y tratan de que él les preste atención, pero el solo se ha interesado por una chica, Cas –, es musculoso, sus ojos son de un verde pálido, su cabello es liso con un poco de ondas de un castaño rojizo-dorado y siempre lo mantiene levantado con algún tipo de fijador. Cuando yo llegue a esta ciudad hace dos años, la relación de ellos era muy linda eran amigos muy cercanos y a los pocos meses se hicieron novios, desde ese tiempo han estado juntos, se ven muy enamorados – pero por alguna razón hoy los veo más distantes–.
-Summy si eso estuvo grandioso pero debes ser más cuidadosa, te pudo pasar algo peor que ese moretón.-me regaño una voz dulce y angelical obvio hablo de Cindy, hizo una mueca al ver mi moretón que aun seguía al descubierto, baje mi camisa ocultándolo, ahí viene el drama. Ella es Dyn bueno ese es su sobrenombre, es una de mis mejores amigas, es muy amorosa y como una mama para nosotros, siempre nos cuida y aconseja, sinceramente es muy hermosa, su piel es de un tono crema, su pelo es ondulado y de un rojizo que le llega por debajo de los hombros, sus facciones pequeñas y finas, de estatura pequeña, delgada, sus ojos son de un avellana con un toque de rojo.
-Cálmate Mama, solo está un poquito morado no me he muerto.- soné un tanto sarcástica. Sonreí de forma angelical y la mire.
-Tonta.- se mofo para luego abrazarme con cariño. Nos separamos y nos fijamos que estaban todas así que comenzamos a hablar de cualquier cosa.
Reímos y nos sentamos en el suelo, conversamos un rato sobre todo lo que había pasado hoy… trate de evitar por mucho el tema de los hermanos pero antes de que pudiera mencionar algo ya comentaban sobre ellos, Maldición. Dyn comento que en la mayoría de sus clases se encuentra Eric, se emociono mucho por eso y también se sonrojo solo al insinuarle que le gusta… me alegro mucho de verdad porque ella nunca ha tenido novio debido a lo tímida que es. Al poco tiempo llego Clair, que nos conto todo lo que hablaban los demás chicos y al parecer el tema somos Peter y yo – la gente debería ser menos metiche y meterse con sus vidas – también el tema es los cuatro chicos nuevos, la gente debería comenzar a buscarse una vida y hacer algo productivo. Luego llegaron Victoria y Casey, que se empujaban y reían, se sentaron con nosotras, interrogamos a Tori para saber que ocurre con Oliver, ella solo se sonrojo y bajo el rostro, ella nos conto que de verdad le gusta mucho y que le da miedo decírselo porque cree que la pueda rechazar. Por otro lado les conté lo que paso con Peter hoy, pero mis amigas dijeron que estaba siendo demasiado exagerada que debía darle una oportunidad – bueno pensándolo bien tal vez lo haga –, por su parte Cas estuvo muy callada a ratos veía a Eliot – se le apagaba la mirada, bajaba el rostro y susurraba algo inentendible – luego veía a Santiago – su mirada se iluminaba y sonreía de oreja a oreja –. Okey, me está asustando luego hablare con más calma.
El timbre sonó al fin terminando la última hora de este día de clases tan largo que ya me estaba haciendo enloquecer, nos levantamos y caminamos en dirección de los vestidores. Camine despacio y despreocupada, al fin y al cabo era la última clase de hoy… ¡GRACIAS A DIOS! Alguien me tomo de la cintura y me hizo girar, me asusto un poco pero solo había sido mi hermano. Algo me dejo pensando ¿Por qué me asuste? Lo supe al instante… eso me recordaba a él.
-¡Rach! Por favor, Por favor.- me comenzó a suplicar yo lo mire extrañada- hoy voy a salir con Clair.- ¡AH! Ya entendí por dónde va el asunto- Dime que no te molesta regresar caminando.- rogo mirándome con ojos de cachorrito triste, como me iba a negar sería una mala hermana, voltee los ojos y negué con la cabeza. El sonrió ampliamente y me abrazo con más fuerza de la necesaria dejándome sin aire- Eres la mejor, ¡por eso es que te amo mucho Rach!- me soltó, luego rio, beso mi mejilla y comenzó a andar hacia los vestidores. Sus actos me dejaron algo estupefacta, de verdad que está emocionado por salir con ella, a demás por mí no hay ningún problema.
Me quede un momento viendo como se marchaba todo feliz y cantarino, recordando cada vez que me pedía aquello… ya esto es costumbre, todavía no sé porque me sigue rogando si sabe mi respuesta. Reí por lo bajo sintiendo una mirada clavada en mi, voltee pero no había absolutamente nadie, estaba completamente sola en aquel lugar, me encogí de hombros y comencé a caminar de nuevo a los vestidores. Al entrar no quedaba nadie, me duche lo más rápido que pude… quería irme ya a mi casa, al salir me seque y me volví a colocar la ropa que tenia esta mañana, me maquille un poco y salí.
No muy lejos de mi lugar escuche unas voces masculinas, me acerque un poco para poder oír mejor de que hablaban…oí mi nombre a la perfección. Las voces provenían de los vestidores de hombres, me acerque sigilosamente para escuchar mejor, y reconocí una de las voces... Santiago.
-Te lo digo Altair esa chica Summer es… hermosa y es más te apuesto que la conseguiré sea como sea.- ese había sido Santiago, yo resople y voltee a los ojos… yo no le pertenezco a nadie, pero ¿Altair? Quien será ese, yo no recuerdo a nadie con ese nombre. El otro chico el de nombre raro resoplo.
- NO.- casi grito- es una caso perdido.- anuncio más calmado- pero ¿Cómo para que la quieres?… porque ella es demasiado común.- su último comentario denotaba duda y rabia, gruñendo entre dientes…un momento yo conozco esa vos, es PETER, pero un momento ¿Por qué Santiago lo llamo Altair? Oh tal vez escuche mal.
-Tú siempre con tus actitudes cascarrabias y egoístas.- comento Santiago de forma irónica- Pero no me vas a negar que es realmente linda.- ese tono que uso para referirse a mi me recordó a Amanda hace un rato al hablar de Peter.
-No… no lo sé.- zanjo indiferente pero se le noto un poco nervioso. No se que me hace sentir más rara, si la actitud tan arrogante de Santiago o el cierto nerviosismo de Peter o Altair… ¡Ah! Ya no sé. Unos pasos me sacaron de mis pensamientos, corrí para que no lograran verme, me oculte detrás de una columna y cuando no los sentí cerca suspire… me salve, qué hubiese pasado si me hubieran encontrado allí, la vergüenza sería terrible. Alguien toco mi hombre haciéndome saltar del susto, lo mire era Santiago.
-¡Ey Sum!- lo mire con una sonrisa nerviosa y el al parecer no me vio porque no insinuó nada.
-Hola.- murmure saludándolo con la mano.
-Amh… ¿Quería saber que harás hoy?- pregunto confiado, sonriendo sínicamente. No supe que responder.
-Nada o no sé, solo sé que tendré que regresar a casa caminando.- percibí un destello en sus ojos.
-¿Puedo acompañarte?- me pregunto alegre- te protegeré de todos los males.- su comentario me puso algo nerviosa, no es que le tuviera miedo o algo por el estilo pero hay algo en el que no me acaba de convencer.
-Bueno si quieres.- me encogí de hombros y lo mire de soslayo andando hacia la salida.
-Y ¿entonces? Me contaras la historia de tu tatuaje.- me pregunto viéndome directamente a los ojos con una sonrisa de lado. Rei y luego baje el rostro… simplemente no es gran cosa.
- Bueno veras, yo llegue a esta ciudad hace exactamente dos años, al transcurrir mi primer año en esta ciudad hubo una época en que me volví muy rebelde al igual que mis mejores amigos Oliver y Scott.- hice una pausa, me reí de tan solo recordarlo, volví a levantar el rostro y mire el cielo- bueno cuando yo los conocí en mi primer año me parecieron dos polos opuestos como el Ying y el Yang, pero ellos decían que yo era el Ying Yang completo, porque según ellos tengo un poco de ambos mundos.- yo solo puse mis ojos en blanco- entonces una noche, cuando nos encontrábamos en esa etapa, decidimos ir a un lugar de esos donde hacen tatuajes, pero como éramos muy jóvenes necesitábamos autorización de nuestros tutores, así que yo falsifique la firma de mi hermano y ellos la de su madre.- sonreí divertida y el solo rio- y nada yo me hice el Ying Yang completo, Oliver el Ying y Scott el Yang, se lo hicieron en el mismo lugar que el mío. Claro que mi hermano después casi me mataba y mis amigas también, pero tuvieron que aceptarlo y al final se acostumbraron, y esa es la historia de mi tatuaje.- culmine con un simple asentimiento no era la gran cosa, solo un simple tatuaje el cual cuenta una historia bastante particular. La rebeldía.
- Guao entonces no eres tan santa como aparentas.- alzo una ceja y me guiño de manera seductora. Un escalofrió recorrió mi nuca y trague en seco.
Yo solo me sonroje y comencé a reír, Santiago ciertamente es bastante lindo y no se ve un mal chico… pero su actitud tan imparable no me da buena espina y solo hace que me traigan unos recuerdos que deberían estar sepultados bajo tierra. Sus ojos chocolate centellaron durante un segundo en mi mente. Aquello me asusto demasiado.
-¡Sant!- oí a alguien gritando, nos giramos y buscamos para saber de dónde provenía aquellos gritos- ¡Sant!- volvió a gritar la misma voz, tarde unos segundos en reconocerla pero el tono londinense retumbo en mi mente haciéndome recordar…Eric.
-¡Estoy Aquí!- trato de llamar la atención de su hermano agitando los brazos. Estos apodos que se tienen los hermanos son sumamente raros “Sant”, “Altair”… tienen bastante imaginación.
-Sant recuerda que hoy…- pero no termino su frase al percatarse de mi presencia- Mmm… ah… Hola Summer.- tartamudeo un poco… ¿y ahora a el que le pasa? Ni que fuera un fantasma o algo parecido- Mmm… Santiago recuerdas que hoy tenemos que ir con Ángel.- trato de parecer calmado pero sus ojos no demostraban eso.
-¡Ahg! Cierto.- me miro desilusionado.
-No importa Mmm… este de todas maneras tengo que ir a visitar a Scott, para saber si se encuentra mejor.- calme la situación y sonreí dándole ánimos. Su mirada se torno triste, en forma de despedida beso mi mejilla y se alejo con pasos lentos junto a su hermano.
Inicio mi camino hacia la casa de los gemelos, tal vez si tenia suerte luego Oliver me llevaría a mi casa… aunque dudo mucho que me diga que no. Mi vista se mantenía fija en el infinito y mis pensamientos mucho mas lejos. Toda la tranquilidad me calmo y me hizo sentir a gusto. Un sonido llamo mi atención, preferí ignorarla mientras mas rápido camine menos tiempo me tomara esta caminata, una mano en mi hombro me hizo pegar un grito de espanto ¿Qué le pasa a la gente? ¿Acaso hoy es el día de matar de un susto a Summer? Suspire con estrés y mire al dueño de mi espanto, el cual se mantenía con una sonrisa contenida mientras se mordía el labio tratando de no reír… maldito. Sus ojos marinos me hicieron volver a la realidad… Peter, qué a caso no se cansa de molestarme.
-¿Nadie te ha dicho que revisar los arbustos es malo?- lo fulmine con la mirada y arquee una ceja.
-Y a ti ¿Nadie te ha dicho que asustar de esa manera a las personas es malo?- el miro al cielo y luego volvió a dirigir su mirada a mí.
-Mmm… no creo.- dijo pensativo de manera sarcástica, tomándose la barbilla con su mano.
-Mmm… de acuerdo.- murmure indiferente, me gire y seguí caminando en dirección a mi casa. Okey, definitivamente este chico es extraño y no tengo muchas ganas de que me moleste. De un momento a otro tomo mi muñeca y me hizo voltear quedando frente a frente, estábamos muy cerca, nuestros rostros los separaban centímetros.
-¿Que no te han enseñado, que dejar hablando sola a la gente es de mala educación?- pregunto con fastidio y rabia mientras clavaba sus ojos en los míos. Bufe y voltee los ojos, trate de soltarme de su agarre pero fue en vano, me tomo de la otra muñeca y me sonrió divertido- ¡Ah! YA ENTENDI, estas así porque temes que tu novio te vea con otro.- aquellas palabras destellaban ira y odio, sonriendo sin sentir de verdad alegría.
Abrí mis ojos como platos, lo mire perpleja, ¿Qué es lo que acaba de decir?- ¿Novio?- pregunte en susurros, de verdad que este chico tiene una gran imaginación de donde saco el que yo tengo “novio”.
-Si el tipo ese cómo es que se llama el tal Taylor.- escupió su nombre entre dientes mientras movía las manos con nerviosismo. Rei divertida y el solo frunció el ceño de verdad molesto.
-Tú crees que Taylor es mi novio.- me volví a reír, el asintió con la mirada aun seria- Taylor…. ¡Es mi hermano!- yo solo sonreí y lo mire, el por su parte me miro atónito, se sonrojo y bajo el rostro – ¡OH POR DIOS! Se ve tan lindo cuando se sonroja, tan tierno, dulce, indefenso, y para nada arrogante – un momento deja de pensar esas cosas es Peter, el, que tuviste que aguantar todo un día y q tan solo en ese día saco tu peor parte. Sacudí mi cabeza y vi hacia otro lado- Bueno te puedo preguntar algo.- camine el tema para aligerar un poco el ambiente. Caminábamos algo distraídos. El asintió y miro al frente.
-Dispara.- susurro retraido sin mirarme.
-¿Por qué hoy Santiago te había llamado…- Ahg no recuerdo cómo fue que le dijo- Mmm… este ¿Altair?- pregunte viéndolo fijamente, esperando una respuesta. El miro un poco desconcertado al frente y luego me vio divertido.
-Me puedes decir que hacías espiándonos.- insinuo con una sonrisa picara.
-No me cambies de tema y dime.- le exigí, viéndolo fijamente a sus perfectos ojos azules.
- No, no dime tu que hacías espiándonos, acaso eres alguna clase de acosadora.- se burlo haciendo que me hartara, tuve que respirar hondo antes de poder siquiera contestar.
-Eres un idiota.- grite, de verdad que este chico me hace molestar demasiado, no sé cómo lo consigue pero lo hace. Camine a zancadas sin mirar atrás y esperando por todo lo sagrado perderlo, el se rio y me siguió. ¿Qué acaso no tiene nada mejor que hacer? No sé, ligar con Amanda.
-¡Oh vamos! Que dramática eres.- escuche su voz muy cerca mi espalda pero no me gire. Se situó a mi lado y se mordió el labio, lo fulmine con la mirada y el rio- Bueno cosas de mi hermano simplemente.- contesto con simpleza, encogiéndose de hombros y volviendo a mirar al frente.
-Mmm… okey.- respondí algo dudosa. A veces siento que me miente, pero ese comentario se noto muy sincero… solo este. Sonreí al mirarlo su ceño estaba fruncido al igual que su labio. Noto mi mirada y clavando sus orbes contra los míos. Algo me dentro de mi siente que ya no son los mismos que había visto antes, estos son más vivos. Levante mi mirada y cuando note ya estábamos a unas cosas de mi hogar. ¡Al fin! - Mmm… este… bueno creo que nos veremos mañana.- murmure mientras caminábamos por el sendero que conducía a la puerta. El asintió algo retraído.
-De acuerdo.- me siguió indeciso, miro mis ojos intensamente y beso mi mejilla- Hasta mañana.- susurro en mí oído dulcemente, me estremecí un poco cuando su aliento tan abrazador choco con mi piel. Aquella sensación me hizo sentir plena.
Entre y cerré la puerta sin mirar atrás, ya adentro me asome por la ventana que da justo al lado de la puerta y vi como se marchaba… su caminar tan elegante y varonil, la forma en que sus músculos se tensan bajo la tela de su camisa… es demasiado perfecto ese hombre, tal vez es un modelo o un chico con demasiada suerte. No lo sé, pero la vista de trescientos sesenta grados de su cuerpo es bastante interesante.
Mi celular comenzó a vibrar dentro del bolsillo de mis vaqueros, lo tome entre mis manos, mire quien era… Oliver.
-¿Si? Hola Ying… ¿Qué pasa?- pregunte confundida, que yo recuerde el ¡Ah!... me golpee mentalmente, había olvidado avisarle que no iría a su casa, ¡Oh bueno! Estoy segura que Lysander le dijo que iría para haya.
-¿Dónde estás?- su tono destellaba nerviosismo, hasta a mi me dejo con los pelos de punta.
-En mi casa.- dije como si fuera lo más obvio del mundo.
-¡Summer! Dios me pusiste muy nervioso, tu hermano me había pedido el favor que te llevara a casa, no te consigo por ningún lado, te llamo y no contestas me tenias muy preocupado.- no les digo que conozco como la palma de mi mano a estos chicos.
-Cálmate Oli estoy bien, en serio.- asegure quitándole importancia al tema- acabo de llegar, ya no tienes que preocuparte de nada, y por cierto… ¿estás con Tori?- una sonrisa tonta se formo en mis labios.
-¡Adiós Summer!... y si.- acepto derrotado. Si lo conozco como es el, en este momento debe estar de un color o mas rojo quel de un tomate. Colgué y deje mi teléfono en una mesa.
Me quede unos minutos más sentada mirando lo amplia y solitaria habitación… hoy como es usual será una tarde tranquila y sin ningún evento de relevancia. Subí con calma a mi habitación, entre en ella y deje mi bolso en un sillón, baje las escaleras de nuevo y me tire en el mueble de la sala.
Esa tarde me la pase viendo tv pero no había nada bueno, de igual forma era eso o ver cómo crecen los hongos en el jardín. El peso de todas las actividades me azoto de golpe, fue un día sumamente largo y espero que se acabe más rápido. Me levante y camine a la cocina, tome una barra de chocolate y con pereza volví al sillón… en realidad ya me estaba comenzando a hartar de eso. Decidí subir cuando pude notar que el sol se ponía anunciando el final de la tarde.
Entre a mi habitación y cerré tras de mi… ojala el sueño llegara pronto. Encendí la portátil y deje que se cargara, mire a todos lados no hacer nada me estaba enloqueciendo. No leería un libro hoy no tenía la paciencia suficiente para eso, tampoco vería mas tv y no llamaría a mis amigas ya que estoy segura que andan con sus respectivos novios. Suspire con pesadez. Tome una guitarra y me senté en una silla. Deje que mi mano fluyera entre los acordes y se perdiera en diferentes tonalidades, una canción muy hermosa salió de mi garganta inundando el lugar… recordándome viejos tiempos. Unos ojos verdes y una sonrisa perfecta aparecieron en mi mente, ocasionando que gruesas lagrimas se escaparan de mis ojos… nunca podría olvidarlo aunque quisiera. Ese pensamiento no duro mucho ya que aquellos ojos fueron opacados por uno todavía mucho más hermosos de un reluciente azul marino… ¡Por dios! ¡¿En qué carajos estoy pensando?!
Solté la guitarra de sopetón y de un movimiento me lance sobre mi cama, intente dormir. Mi mente no se callaba obligándome a recordar como en una película los momentos de hoy, comparándolo con el único chico que hizo que yo no pudiera ver a nadie más. Para mi suerte los brazos de Morfeo me comenzaron a arrastrar y mis parpados comenzaron a pesar. Lo último que vi antes de quedarme dormida fue una imagen de él mientras lloraba y me gritaba “¡¿Por qué?!”
Y AQUI ESTA LA DICHOSA SORPRESA :D no se que les parecera xd a mi me encantoo *-* pero como no tengo nadie que lo leyera no se si tengo errores o no ._. el punto es que ahora me voy a dedicar muchooo al blog. Comprendi bastantes cosas y ahora quiero escribir MUCHO xd Quien diria que le mas triste que me pudo pasar me ayudo a retomar el blog. ESPERO LES GUSTE :D Las quiero muchisisisisimo a todas y cada una GRACIAS POR SU APOYO :B Son ustedes de verdad :3 y háganme el favorcito de comentar $: siii? *--* porfiiss. Bueno me piro y chaii :3