*Septima parte de la viñeta Olvidar
La tención en aquel lugar era tan grande que hasta se podía palpar, que con tan solo agitar la mano en el aire se sentiría. Las miradas de odio y recelo iban de un lado a otro, al igual que pequeños susurros inentendibles.
Desde aquella cena, sin dudar la más incomoda que pudiera haber existido en todos los tiempos. Chase y Camille no se volvieron a hablar, si lo hacían solo era para algo sumamente necesario o porque querían guardar apariencia ante sus padres, pero el tono seguía siendo cortante y sumamente hostil. Si se dedicaban una mirada era para solo tratar de matarlos con esta o imaginar que los enterraban bajo el subsuelo…en conclusión, se odian.
Chase siguió con su novia Chris como de costumbre y aunque él no lo admita- ya que ahora si se negó rotundamente a creerlo- es que solo estaba con ella para no tener más pensamientos por la pelirroja. Cam también siguió con Derek, salían casi a diario y si no se la pasaban largas horas hablando por teléfono. En los momentos que ambas parejas estuvieran en la casa, trataban lo menos posible de verse, así que Cam se metía a su recamara con Derek y Chase en la suya con Chris.
Ya nada era como antes… aunque una pequeña voz dentro de ellos- que preferían mejor ignorar- les decía que ese showsito era patético, que debían dejarse de estupideces y encarar la realidad. Ellos preferían mejor evadirlo y no mirar atrás, porque ambos saben que si lo hacen caerán ante aquello.
-¿Me puedes pasar la ensalada?-murmuro con voz monótona la chica, sin alzar la mirada y sintiéndose un tanto estúpida. Su conciencia ya le estaba pasando jugada por sus tonterías.
-Ten.- apenas se escucho la respuesta de su hermano, el ojiazul la traspasaba con la mirada. Ella no dudo y tomo el bol con el contenido, echando un poco en su plato, siguió comiendo en silencio. Chase la observo por un segundo y sintió que no podía apartar la mirada, de aquella piel tersa que habia tocado hasta el cansancio, aquel pelo tan largo y precioso que acaricio con dulzura, esos pequeños pero carnosos labios siempre con un toque rojizo que extrañaba y su perdición… los ojos color café que por más que quisiera no podía dejar de ver. Agito la cabeza y bufo en voz baja, ya todo eso habia quedado en el pasado… o esto intenta creer, si quedo en el pasado o no, no importa, ya no puede darse el lujo de pensar en eso.
Los pelirrojos se mantuvieron en silencio mientras degustaban su comida, sintiendo como cada segundo el ambiente se sentía más pesado. En cambio sus padres mantenían una charla amena y sin importancia, donde cada uno por medio de miradas cómplices se preguntaban, si sus hijos ya sabrían la verdad…y al parecer por sus gestos, el cambio tan drástico de emociones en una semana y todas las miradas… estaban absolutamente seguros, era momento de confesar la verdad. Como dicen por ahí… es AHORA o NUNCA.
-Chase… Camille.- susurro con cierta lentitud la mama de ambos chicos o mejor dicho Isabela.
-Si.-respondieron ambos a unisono. Sus miradas se cruzaron por un segundo y no supieron como su mundo no se derrumbo en ese instante. Cam pensó que en cualquier momento moriría.
-Verán hijos queríamos contarles algo…- la rubio corto y miro a sus hijos con nostalgia, no podía creer que ya habia llegado el día para la confesión. Unas lágrimas bajaron silenciosamente por las mejillas de Isabela.
-Mama.- intento decir Chase, pero fue interrumpido de nuevo por la señora.
-No déjame acabar.- tomo aire con mucha fuerza y vario su mirada en ambos, estaba al borde del desplome pero intento ser fuerte- Bueno verán, cuando yo tenía solo 18 años conocí a un hombre… yo creí que era el indicado para mi, mi príncipe azul, el cual habia llegado para mi rescate…-se detuvo unos minutos y sonrió con tristeza a su esposo Ángel- Era hermoso, nunca tuve palabras para describirlo… tenía una lisa y rojiza cabellera, la piel tan pálida como la nieve, un cuerpo de dios griego, unos atrayentes ojos cafés.- el corazón de Chase se reprimió al recordar los ojos de su amada, la cual tenía a centímetros y aunque él no lo sabía le pasaba exactamente lo mismo, ya que solo al imaginar la descripción recordaba a su Chase- Era en pocas palabras el hombre más hermoso que pude ver en mi corta vida…- suspiro con resignación- Su nombre es Dominic.- la sorpresa del momento no se hizo esperar en el rostro de los jóvenes, ambos estaban en shock, intentaban decir algo pero solo salían balbuceos tontos- El fue el primer hombre con el que estuve en mi pecho no cabía el gozo y más feliz estuve cuando nos escapamos juntos… fueron los 4 mejores meses de mi vida.- su expresión cambio a una de nostalgia- Pero no todo fue color de rosa, cuando Dominic se entero de mi embarazo… me abandonó, sin más. Solo se fue una noche y no regreso jamás…Ahí fue cuando mi mundo se derrumbo.- tomo con más fuerza la mano de su marido- Una madre primeriza, con apenas la mayoría de edad y sin un solo céntimo… en ese momento fue cuando comprendí la crueldad de la vida y lo duro de ella… Pero como la mujer fuerte que soy, salí adelante y di todo mi mayor esfuerzo… por mi hija.- miro a Cam con cariño infinito y estrecho con su otra mano la de su pequeña- Al pasar los años… cuatro para ser exactos. Ya yo estaba resignada de encontrar el amor, solo me valía por mí y eso era todo… Hasta que un día conocí a Ángel…- las miradas de amor corrieron en el lugar, haciendo que los adolescentes se incomodaran- Fue amor a primera vista… estoy segura. Caminábamos por la calle y al cruzar nuestras miradas sabíamos que estábamos destinados.- beso con dulzura los labios de el castaño.
-Era la mujer más hermosa que habia visto sobre la faz de la tierra, sus grandes ojos azules y esa sonrisa adorable que siempre adornaba su rostro…dándole el aspecto más bello que jamás imagine.- solo se miraban embelesados la pareja feliz, confundiendo exageradamente a Chase y Cam.
-Pero papa…- y lo interrumpieron por segunda vez esa noche al pelirrojo.
-Si hijo se lo que preguntaras… ¿Y tu madre?...Tu madre fue la mejor amiga que pude tener que jamás imagine, nos amábamos pero todo era simplemente una amistad… Nos habían obligado a casarnos por conveniencia, claro para que las empresas de nuestra familias se unieran en una mega corporación…- el relato lo conto con mucha calma, pero su mirada se torno apesadumbrada- Pero una noche en una fiesta, fue víctima de una bala perdida…Fue una de las peores cosas que pudieron haber pasado en mi vida…Poco tiempo tenia de haberte dado a luz y ella habia muerto.- su voz se quebró y quedo en silencio. Chase no dijo nada solo miro pasmado, esperando a que continuara el relato- Y ya conocen el resto, conocí a su madre… Nos casamos a los pocos meses y aquí estamos ahora.- se notaba que Ángel quería acabar rápido el relato, luego liberaría de dudas a su hijo.
-Es decir… ¿Qué tú no eres mi padre?- murmuro aun sin poder creerlo la chica de ojos cafés.
-Y… ¿tú no eres mi madre?- pregunto a la par Chase.
-No.- respondieron a unisono la pareja- Pero no creas Chase tu eres para mí, como un hijo y te amo muchísimo… nadie podría cambiar eso.- apresuro a decir Isabela con voz acaramelada. Ella acaricio suavemente la cabellera del chico y sonrió.
-Y tu igual mi pequeñita… siempre serás mi hermosa bebe y te amo.- siguió Ángel, abrazando con fuerza a su hija con la cual no comparte lazos sanguíneos.
-Y nosotros a ustedes.- Chase y Cam respondieron juntos, demostrándoles a sus padres… que a pesar de todo siempre serian sus padres. Era el mejor momento para ambos, estaban que gritaban y brincaban de alegría… NO SOMOS HERMANOS.- corría ese pensamiento por la mente de ambos. Si no fuera por sus padres, en ese momento estarían besándose como nunca. Ambos se dedicaban miradas cargadas de amor, sentían que viajaban en una burbuja. A demás que ya cada uno podría sincerarse, sin barrera alguna, con el estúpido pretexto de “SOMOS HERMANOS… ya no más. Ansiaban el momento para estar solos… Chase no podía aguantar en su pecho las palabras, estaba que gritaba a los mil vientos TE AMO CAM Y SIEMPRE LO HE HECHO ERES MIA Y DE NADIE MAS… y Cam bueno ella no tenia palabras, sino colapso al oír la historia fue de milagro.
-Pero…-la voz de Isabela interrumpió los pensamientos de ambos, pero lo que les extrañaba fue el tono y la mirada… parecía que en cualquier momento estallaría en lágrimas- Cam tu, tu…tú.-lloro desconsoladamente en los brazos de su esposo. Ambos adolescentes palidecieron.
-Hija, te tienes que ir a vivir con tu verdadero padre.- su semblante se ensombreció y apretó con fuerza la mandíbula.
-Pero…pero…pero…-tartamudeo la pelirroja… ¿Qué?
-Sí, resulta que en el país donde vive tu verdadero padre, es muy como decirlo… conservador. Es como el siglo XV en ese lugar… y existe una ley donde dice, que las hijas de padres de las clases más importantes, al cumplir los 18 años…deben tener una gran fiesta, en la cual deben bailar un estilo de vals con su padre, dar unas palabras y por decirlo de alguna forma… encontrar un “acompañante”, el cual deben buscar y encontrar en esa velada… y antes de que preguntes no podemos interferir, sino vendrán por ti a la fuerza y hasta nos pueden hacer daño…- no pudo continuar solo miro con atención a Cam.
-¿Cuándo me debo ir?- apenas se entendió la pregunta de la chica.
-En cinco o seis días, esos detalles hay que verlos con tu padre…
-De acuerdo.- fue toda la respuesta de la chica. Se levante sin más, murmuro un apagado “Disculpen” y subió las escaleras de la casa sin fuerzas.
Camino sin mirar siquiera a los lados, solo paso los pasillos y su habitación… hasta salir por la singular ventana. Al estar afuera, el frio de la noche azoto con fuerza su rostro… no le dio importancia. Aunque se llevo un susto de muerte al ver a… Chase ahí, sentada, abrazando sus rodillas, con un cigarrillo en la mano el cual se fumaba con tranquilidad y cientos de lágrimas bajaban por su rostro. Algo en ella se destruyo.
Como pudo camino hasta él y se sentó a su lado, ninguno dijo nada… solo se dejaron envolver por el silencio del momento. Cam lloraba como nunca lo habia echo y Chase… cooperaba con la creación del mar de lagrimas. Ambos estaban sumergidos en su desdicha. Ella descanso su cabeza en el hombro de él, Chase solo abrazo con toda su fuerza a Camille por la cintura.
-¿Cinco días?- pregunto con voz torpe el chico. Cam solo asintió un poco y lo miro a los ojos.
Sus perfectos orbes azules estaban tan rojos e hinchados que sintió su corazón romperse. Era lo peor…no eso se quedaba corto. No había palabras para describir la situación. Solo cinco o seis días… repitió con rabia la conciencia de Chase. Sus ojos se inundaron con mayor fuerza, solo hizo lo que creyó mejor, estampo con fiereza sus labios contra los de Cam. El beso fue fuerte y cargado de las emociones del momento, tristeza, nostalgia, rabia, amor, pasión….
Y ahora que ya te tengo… ¿Cómo hare para olvidarte?- pensó Chase con ira, mirando a hurtadillas el perfecto rostro de Cam…El amor de su vida.
5 comentarios:
Tengo que decirlo!!!
me encantas tus viñetas, me encantan tus historias!!!
puedo pasarme leyendolas en verdad, tienes el don!!!
espero que sigas haciendolo
Saludos!
Hey!
me encanta!!!!!
si lo adoro!!!
me encanta!!!
me encanta
y paresco una loka escribiéndolo tantas veces pero que rayos me encanta!
ME ENCANTOOOOOOOOO! tienen que publicar másT_T esta es la historis que maaaaaaaaaas me gusta de todas*.* PUBLICA PRONTO PORFAA):
Siempre nos ha encantado tu blog, es lo máximo, porfa visita el nuestro...
Besos
Rosalice:D
te seguimoos!
¡Hola! Bueno, creo que estaras cansada ya de leer esto pero... "me encanta como escribes", me encanta esta viñeta =D, es preciosa toda la historia.
Te sigo leyendo, te cuidas mucho, y adiós.
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